Un dia perfecto
Cuando va cayendo la noche, casi siempre se escucha, el cantar de los grillos, y mas alla el aullidos de los coyotes, los que nunca lo oyeron, fueron cautivados por la melodia de cada aullido. la magia que irradia cada lamento canino.
Por las noches la gente tenia el habito de sentarse en las aceras, a platicar, poco a poco se sumergian en aquellos temas, que no eran mas que lo mismo de todos los dias, lo dificil de salir adelante, de repente alguien salia con una payasada, entre las tasas de chocolate, los puros tradicionales y los huacales llenos de pasteles recien preparados, todos reian, cada uno en lo suyo.
Era esa comunidad, la que les daba un nuevo sentido de existencia, por muy difíciles que fueran las cosas, ellos siempre dibujaban en sus rotros una alegria-. Caminaban por los llanos, donde imperaban los maizales, asi tambien las palizadas de Mangos y Marañones, como se podia ignorar el exquisito aroma que desprendia aquellas fincas, por muchos ignoradas, por muchos valoradas.
Los que eran menos afortunados tenian en esos frutos su allegria, la naturaleza jamas fue mesquina con aquellos que buscaban sus delicias, una caricia del sol se repartia entre aquellos soñadores, hidalgos aventureros, llenos de historias sin fin. caballeros andantes, sufridos, gozosos, herederos de la Tierra. Hijos nobles de todo lo que la naturaleza enseña.-
Asi se valoraba la vida, en la simplesa del momento, nada de lujos, nada de envidias, tan solo fantasias...
Cuando va cayendo la noche, casi siempre se escucha, el cantar de los grillos, y mas alla el aullidos de los coyotes, los que nunca lo oyeron, fueron cautivados por la melodia de cada aullido. la magia que irradia cada lamento canino.
Por las noches la gente tenia el habito de sentarse en las aceras, a platicar, poco a poco se sumergian en aquellos temas, que no eran mas que lo mismo de todos los dias, lo dificil de salir adelante, de repente alguien salia con una payasada, entre las tasas de chocolate, los puros tradicionales y los huacales llenos de pasteles recien preparados, todos reian, cada uno en lo suyo.
Era esa comunidad, la que les daba un nuevo sentido de existencia, por muy difíciles que fueran las cosas, ellos siempre dibujaban en sus rotros una alegria-. Caminaban por los llanos, donde imperaban los maizales, asi tambien las palizadas de Mangos y Marañones, como se podia ignorar el exquisito aroma que desprendia aquellas fincas, por muchos ignoradas, por muchos valoradas.
Los que eran menos afortunados tenian en esos frutos su allegria, la naturaleza jamas fue mesquina con aquellos que buscaban sus delicias, una caricia del sol se repartia entre aquellos soñadores, hidalgos aventureros, llenos de historias sin fin. caballeros andantes, sufridos, gozosos, herederos de la Tierra. Hijos nobles de todo lo que la naturaleza enseña.-
Asi se valoraba la vida, en la simplesa del momento, nada de lujos, nada de envidias, tan solo fantasias...
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