EL MARTILLO DE PIEDRA
Eran los tiempos de la corta de cafe, alla por diciembre del año mil novecientos no me acuerdo, que se sentaba el viejo frente al fogon acariciando una pacha de aguardiente, con los labios resecos y los ojos brillantes por el fuego, comenzaba a contar historias tan fantasticas que mas de alguno de los bichos que estaban oyendolas, comenzaban a ponerse nerviosos y el miedo se apoderaba de ellos.
Nadie sabia de donde era el viejo, lo cierto es que jamas se bajaba el corvo de la cintura, disque decia que alguien lo podia joder, y que no lo soltaba ni siquiera cuando dormia ya que siempre lo tenia bajo el costal. Pues contaba unas pasadas de juventud, años aquellos en los que andaba enamorado de las muchachas del pueblo, decia que le gustaba irse de parranda a los casamientos, y algunas veces hasta las velas de difuntos.
Esa noche el cielo estaba nublado, y ya habia terminado la jornada de la corta de cafe, a todos les habian dado la cena y una buena taza de cafe de maiz, todas las tardes doña Licha llegaba a vender salpores de arroz, y siempre los terminaba todos ahi. La viejita era una mujer sola, que le habian dado chance de vivir en la hacienda en un cuartito de adobe, por intervencion del caporal, de parte de la iglesia le daban sus viveres todos los meses.
Esa noche comenzo el viejo y dijo, Joder la verdad les voy acontar una pasada que me paso por bruto, la verda yo andaba con los tragos adentro y detras de Maria, ahh!! como me gustaba esa muchacha, luego suspiro. Puesi dijo como les estaba contando esa noche tenia que llegar al canton ya que el siguiente dia, me iba a llegar a ver una dama que tengo, y que me hace los oficios, pero n o soy bruto de arrejuntarme con ella ya que no soy hombre de costumbre, yo me aburria.
Pues eran como 14 leguas las que tenia que caminar y en la oscurana, yo apenas me miraba las manos
la verda ni la luna salia, yo caminaba rapido, ya que tenia que pasar por tres quebradas y mi tata me habia aconsejado que pasara lo que pasara, no me quedara mucho tiempo en la quebrada y pior si era de noche. esa noche yo me sentia muy bien me habia tomado dos pachitas que compre en el pueblo...
En la guerra o en la paz, el fuego lo purifica todo.
continuara....
Atte
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